Lesiones deportivas en niños y adolescentes

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Introducción: Los niños son especialmente proclives a sufrir lesiones deportivas por diversas razones. Los más pequeños tienen peor coordinación motora y tiempos de reacción más lentos que los adultos. Además maduran a ritmos diferentes, por lo que existen diferencias marcadas de estatura y peso entre niños de la misma edad. A medida que los niños van creciendo y se van haciendo más fuertes, el riesgo de lesiones aumenta, en gran medida debido a su mayor fuerza física. La presión exagerada de algunos padres y/o entrenadores puede ser perjudicial y puede llevar a lesiones por sobreuso. Prevención de las lesiones: La mayoría de los clubes solicitan una evaluación anual previa a la competencia con el fin de asegurar que su niño esté preparado para realizar ejercicio sin correr riesgo. Existen algunas pautas que deben ser tenidas en cuenta para reducir las probabilidades de que su hijo se lesione:
  • Utilizar equipo adecuado: Calzado, protectores, etc.
  • Mantenimiento del campo de juego.
  • Adecuada supervisión por parte de los profesores.
  • Correcta preparación: Calentamiento, elongación, abundante líquido, apropiada alimentación y descanso entre competencia.
    Lesiones mas frecuentes: Se dividen en 3 tipos: Lesiones agudas: Las lesiones agudas generalmente se asocian a traumatismos. Las más frecuentes son las lesiones del cartílago de crecimiento, las fracturas y las lesiones musculares. Las lesiones ligamentarias y meniscales son menos frecuentes en los niños, aunque se observan con cierta frecuencia en adolescentes. En los últimos años el aumento de actividad física competitiva en la infancia y la introducción de la resonancia nuclear magnética como herramienta diagnóstica nos permiten diagnosticar cada día más este tipo de lesiones. Lesiones por sobreuso: Se producen como consecuencia de acciones repetitivas que sobrecargan el aparato osteomioarticular (Huesos, cartílago de crecimiento, tendones, músculos, etc). Las más frecuentes son: Dolor anterior de rodilla: – Enfermedad de Osgood-Schlatter:   ¿Qué es? Es una prominencia dolorosa en la tuberosidad anterior de la tibia. Aparece con más frecuencia en niños de 10 a 15 años de edad, y en general cuando están pasando por un período de crecimiento rápido. ¿Cuáles son los síntomas? Su niño se quejará de dolor en una protuberancia que se encuentra debajo de la rodilla. El dolor es intermitente y en general desaparece por completo cuando el niño deja de crecer. Raramente el dolor continúa hasta la edad adulta. ¿Cómo se trata? Es posible que su niño deba tomar un descanso en sus actividades o realizar actividades que no causen dolor en la rodilla. Se deberá colocar hielo sobre la rodilla por 20 a 30 minutos cada 3 a 4 horas, tomar antiinflamatorios y realizar ejercicios de elongación. – Enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson (SLJ): ¿Cuáles son los síntomas? Los síntomas son similares a la enfermedad de Osgood-Schlatter pero se produce en el extremo inferior de la rótula donde se origina el tendón rotuliano. ¿Cómo se trata? Como con otras patologías relacionadas con el uso excesivo, puede aliviarse con una combinación de los tratamientos mencionados anteriormente (hielo, antiinflamatorios, elongación) y con descanso de las actividades atléticas que aumentan el dolor.   Dolor de talón: – Enfermedad de Sever:   ¿Qué es? Es la causa más frecuente de dolor en el talón infantil. La edad de presentación varía entre los 7 y los 13 años y es más frecuente en el sexo masculino. La gran mayoría de los pacientes refieren el comienzo de la sintomatología en la práctica de fútbol, basquet y gimnasia. ¿Cuáles son los síntomas? Se manifiesta con dolor en el talón que se incrementa con la actividad física y calma con el reposo. Se presenta en ambos talones en más de la mitad de los casos. ¿Cómo se trata? El tratamiento es siempre conservador. Es necesaria la restricción de la actividad deportiva. Pueden ser útiles los antiinflamatorios en fases iniciales. Es importante que su niño haga ejercicios para elongar el tendón de Aquiles, los músculos de la pantorrilla y el muslo. También es beneficioso el uso de taloneras y fisoterapia. Lesiones recidivantes: Ocurren cuando el niño/adolescente vuelve a practicar deporte antes de estar completamente recuperado de la lesión. En otras ocasiones depende de las características de la lesión (por ejemplo: luxación recidivante de rótula). Conclusión: La actividad deportiva contribuye a una adecuada maduración del sistema músculo-esquelético y de sus habilidades psicomotoras. Sin embargo, la práctica de cualquier deporte lleva aparejado el riesgo de lesionarse. Nunca permita que su hijo realice deporte si tiene dolor. Ayude a su hijo a que aprenda a interpretar las señales de su cuerpo y a entender que el dolor indica que el cuerpo pide descanso. Si piensa que su hijo puede estar lesionado, llévelo al médico en cuanto sea posible. Eso ayudará a prevenir una lesión más grave y a volver al deporte de una manera sana y eficaz. Siempre consulte a traumatólogos especialistas en niños y adolescentes. Algunas de las evaluaciones y tratamientos que se usan para adultos no siempre son adecuadas para los jóvenes en desarrollo.

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